Adiós a Peter Berger, constructor de la sociología. Fallece el autor de La construcción social de la realidad.
Hugo José Suárez
Nació en Viena en 1929 en el
seno de una comunidad de tradición protestante, lo que marcó sus intereses y
formación durante toda su vida.
Le tocó ver los horrores de
la Segunda Guerra Mundial, migró a Estados Unidos antes de cumplir los 20 años
y adquirió rápidamente la nacionalidad americana. Empezó la carrera cursando
una maestría y un doctorado en The New School of Social Research en Nueva York;
luego de varios tránsitos se instaló como profesor en la Boston University,
donde creó y dirigió un instituto dedicado al estudio de asuntos culturales y
religiosos.
A lo largo de su carrera,
Berger publicó una treintena de libros sobre la teoría sociológica, la religión
y los valores, pero el indiscutible título que marcó la reflexión de las
ciencias sociales fue La construcción social de la realidad -en colaboración
con Thomas Luckmann- que apareció en 1966 y rápidamente se convirtió en un
joven clásico ineludible. La intención fundamental de su libro fue mostrar que
la sociedad -y todo lo que ella contiene- es el resultado de una construcción
compleja: "toda sociedad humana es una empresa de construcción del mundo”.
Explicó las tres dimensiones
clave: la externalización, la objetivación y la interiorización, y le dio un
lugar central a la vida cotidiana, a la subjetividad y al lenguaje para
comprender la colectividad.
Este impulso intelectual
estuvo acompañado de un segundo libro al año siguiente: El dosel sagrado. Se
trata de un volumen, ahora de autoría única, donde se concentra en la religión
como construcción humana. Aborda los temas clave como la producción y
reproducción de la cultura, la secularización, la individuación, la diversidad,
etc.
Ambos textos constituyen una
innovación teórica que permiten acercarse al problema de la subjetividad como
un tema central de la sociedad y como el resultado de la acción del ser humano
en su entorno.
Pero de tantas obras e
ideas, debo confesar que la que más me atrapó fue un libro previo titulado
Invitation to Sociology: A Humanistic Perspective, de 1963, traducido al
castellano como Introducción a la
sociología. Se trata de una auténtica invitación con todas sus implicaciones,
son letras que no aleccionan, seducen. Me quedo con algunos fragmentos que siempre
llevo de cabecera cuando se me pregunta sobre mi oficio:
"La sociología será
satisfactoria, a la larga, sólo para aquellas personas que no pueden pensar en
otra cosa más fascinadora que observar a los hombres y comprender las cosas
humanas… La sociología es un pasatiempo individual en el sentido de que algunas
personas les interesa y a otras les aburre. A algunas les gusta observar a los
seres humanos, a otras experimentar con ratones...
La sociología se parece más
a una pasión. La perspectiva sociológica es más similar a un demonio que se
apodera de nosotros, que nos empuja apremiadamente una y otra vez hacia las
preguntas que le son propias”.
Peter Berger, autor enorme
que abrió pistas en la disciplina, murió en junio del presente. Hará falta.
Nos deja su obra.
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